Go Vegan – mi VeggieTransición

Hace unos años, en pleno apogeo del 15M, me empecé a juntar con gente nueva; personas que de una manera u otra creían y luchaban por una sociedad más justa y democrática. Algunas de esas personas unían dichos principios a la lucha por los derechos de los animales, tema por el que yo no me había interesado hasta aquel entonces. Gracias a muchas horas de asambleas, charlas y discusiones sobre justicia, equidad y derecho a la vida digna, empecé a pensar de manera más holística y a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo, sobre nuestra cultura alimentaria, sobre la horrible verdad de los productos de origen animal y la industria que lo engloba.

Alice Walker veganismo

Algo parecido a lo que sintió Alice Walker me pasó a mí un día cuando me preparaba un filete en la sartén. ¿Es realmente necesario que un animal muera para que yo me alimente correctamente? Lo triste es que no me lo hubiese planteado antes… Empecé a informarme, a documentarme y empapamarme de toda la información que estaba ahí y a la que nunca había tenido interés de acceder. Recuerdo que uno de los primeros click que tuve fue al conocer más a fondo la industria de la carne; en especial el abuso de hormonas del crecimiento y suministro de antibióticos a los que someten a los animales para hacer posible una industria alimentaria rentable. Encaja a la perfección con el modelo de consumo capitalista sobre el que empezaba a tener un ojo más crítico. Teniendo en cuenta que el aporte de nutrientes se supone que es parte importantísima de comer carne, ¿no es irónico que no nos importe que traten artificialmente a los animales para criarlos/engordarlos más rápidamente? Si nos comemos a dichos animales para estar sanos, ¿cómo nos puede dar igual eso?. En ese momento dejé de consumir carne, pollo y todos sus derivados.

Mi decisión de dejar de consumir carne no vino originada por empatía animal en sí, más bien mi indignación por el sistema de consumo. Porque incluso conociéndose una gran variedad de alternativas vegetales con alto valor proteíco (empezando por legumbres, semillas, frutos secos) nos decantamos por explotar y matar animales para alimentarnos. Incluso sabiendo que las proteínas vegetales nos ofrecen una calidad nutritiva superior a la de las proteínas animales porque carecen de colesterol, hormonas o toxinas. Pero claro, económicamente sale más rentable producir carne de ternera barata.

Las semanas que llevaba sin comer carne me sentaban de maravilla, tenía digestiones más ligeras y me sentía más en paz conmigo misma. Cada vez estaba más inmersa en el proceso de desaprendizaje. Los animales existen en La Naturaleza por sus propias razones, ¡no existen para ser nuestro alimento!. El ser humano, para su propio goce y beneficio es capaz de arrasar con todo lo que se encuentra a su paso; el mundo animal no iba a ser una excepción. Por ejemplo, la esperanza de vida de un pollo en su entorno natural varía de 5 a 10 años, según la especie; en cambio los pollos que se explotan para nuestro consumo viven una media de 2 meses. Es una aberración. ¿Y para qué? si al fin y al cabo la calidad de la carne que comemos es mierda pura, así de claro.

Un tiempito después estaba yo un día en casa abriendo una lata de atún cuando pensé para mí ¿qué coño haces?. El atún también es un animal al que el humano captura sin ninguna mesura, sin respeto, para producir un alimento y mantener una industria cruel e inmoral. Y es que los peces también existen por sus propias razones. Por no hablar de la aberración medioambiental que supone la pesca de arrastre, destrozando a su paso el fondo marino y dañando especies «no comerciales». Y todo esto para comerme una mísera lata de atún, cuando resulta que la proteína y el Omega 3 que aportaría el atún, se pueden sustituir fácilmente por productos vegetales. Ésto me ayudó a decir bye bye atún y hasta nunca pescado. Y lo hice tras haber entendido que no se trata de si un pez siente más o menos que un cerdo. No se dejan de comer animales por el único hecho de que «sientan dolor». Si no porque el modelo de consumo omnívoro, tan capitalista, se ha apoderado de las demás especies animales, acabando con sus vidas, «por supuesto» sin preocuparse por respetar los ciclos vitales. 

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Entre medias de todo este proceso en el que tú misma te sientes a veces abrumada, se suman las personas de tu entorno. Algunos desprecian lo que dices, incluso te hacen burla y te hacen sentir mal por tener que justificar que no quieres comer más cadáveres. Yo era la primera que me metía en discusiones y acababa llorando de impotencia.

Tiempo después he reflexionado mucho al respecto, al fin y al cabo yo misma hace unos años era excéptica con los argumentos de las personas vegetarianas. Yo misma no quería salir de mi cultura aprendida, ¡yo también dije alguna vez aquello de ¿y las proteínas de dónde las adquieres? jajaja. Así que, cuando pienses que la gente de tu entorno te ataca, te pone en evidencia, etc… no te lo tomes personal: no es por ti, es por el miedo a desaprender.

Un tiempo después me hallaba yo en una terracita disfrutando de un café con leche al solecito y me paré a pensar qué narices hacía yo bebiendo leche de una vaca. «Bueno, a la vaca no la matan para dar leche. De hecho a las vacas hay que ordeñarlas porque si no enferman. Mmm… espera, con lo sabia que es la naturaleza ¿va a necesitar una vaca de la ayuda humana para no enfermar? Venga ya…»

Una vaca, como buena mamífera que es, sólo produce leche en el caso de que haya dado a luz. A veces lo obvio es tan obvio, que se olvida. En la industria lactea, a las vacas las inseminan constantemente para que den a luz y sigan produciendo leche. Leche que no va a recibir su cría ya que la separan de su madre al nacer. Por eso hay que seguir ordeñándola constantemente. Es completamente inmoral si además pensamos en el trauma que supone para un mamífero que la separen de su cría (en el caso de las vacas, varias veces en su vida). Piensa en una mamá humana que acaba de parir y le quitan a su bebé para siempre pero a ella la ordeñan cada día para que su cuerpo piense que sigue necesitando producir leche para su bebé. Si eso no es sufrimiento, madre de dios. No sé si es peor que te maten directamente para hacer filetes o que vivas esa vida de miseria. Y volvemos a lo de siempre, ¡todo ese sufrimiento para que yo pueda tomarme unos cereales o cortarme el café con leche! 

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Ah, pero ¡necesitamos calcio para nuestros huesos y eso solo te la aporta la leche de vaca!. Oh sorpresa, eso forma parte de otras de las mentirijillas de nuestra cultura; puesto que no estamos supeditados a la leche de ningún animal para obtener calcio, ya que hay muchos productos vegetales que te aportan el calcio que necesitas (brocoli, legumbres, higos, etc). Así que si no quieres ser cómplice del horror y sufrimiento de las vacas lecheras, en tu mano está cambiarlo. Porque además existen muchas opciones vegetales para sustituir la leche de vaca.

Todo esto hizo que poco a poco me pusiese a pensar en las ovejas, en las gallinas, en las abejas. ¡¡¡Ningún animal del planeta Tierra produce alimentos o recursos que no sean para sus crías o su propia supervivencia!!! Ningún animal está supeditado al humano. 

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Los humanos sólo nos aprovechamos de sus capacidades y se las robamos, incluso existiendo fuentes más sostenibles, éticas y responsables para producir y obtener alimentos. Porque a todo esto se le añade el impacto negativo para el medio ambiente que genera la industria de productos de origen animal, por ejemplo la ganadería (emisiones de CO2 más la cantidad ingente de recursos que se necesitan para producir carne por ejemplo: tierra fértil, agua, pesticidas y pienso). Por cierto, cuando te digan eso de que «uno de los cultivos con más impacto negativo es el de soja» y te vengas abajo pensando que una alimentación (y modo de vida) vegano no es tan sostenible como pensabas, recuerda que más del 80% de los (mono)cultivos de soja están destinados a la producción de pienso para el ganado.

Los animales no son mercancía y no nos pertenecen. ¿Acaso someter a tal crueldad a un ser vivo no es una clase de esclavitud?. ¿Esclavitud? qué exagerada… Yo misma hace un par de años me reí del argumento de una persona cuando empezó a hablar de animales y esclavitud, me parecía tan extremista… Pero ¿qué pasa cuando te das cuenta de que lo extremista es cerrar los ojos y seguir promoviendo con tu alimentación que exista toda esta crueldad? Y no solo es crueldad, es esclavitud porque los humanos se apropian de la libertad de los animales, creyéndose un ser superior. Y nos parece bien, porque es lo normal.

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Cada vez que se te haga dura tu transición veggie (y por ejemplo eches de menos el queso, maldito queso qué adictivo es XD) piensa en todos esos valores que están creciendo en ti. Disfrutar de una pizza con queso de verdad pesa más que el hecho de que a la vaca lechera la hayan violado y separado cruelmente de sus crías. ¿Sí o no?.

Comer productos de origen animal es algo que se puede desaprender si te liberas de la carga tradicional. De hecho, en las diferentes culturas, los únicos animales a los que no maltratamos, enjaulamos, explotamos o matamos, son los animales de compañía, porque los necesitamos vivos. De nuevo, bastante egoísta por nuestra parte como especie. En nuestras manos está que los animales sean libres, no solo para darnos compañía, sino por respeto a su vida.

 


 

firma porutopias veganporutopias _ youtube

 

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